ARQUITECTURAS HABITABLES · Observaciones de paseante*

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¿PRACTICISMO HABITABLE O CULTO ARQUITECTÓNICO?










Discutíamos no hace mucho sobre la arquitectura adorable.
Acostumbrados a venerar planos y fotografías de casas que no hemos visto.
Fotos  de saturación perfecta, luz impecable, decoración vacía, silencios geniales y planos que demuestran racionalidades, practicismos, ideas o ocurrencias que embelesan sin dudar. Mostradas en su mejor momento, son casas a las que adorar. Preparadas para posar.

Modelo y foto. Pintada, iluminada, retocada…
Y creemos sin dudar.
Y aplaudimos  sin parar.






Ayer pisé dos obras.
De arquitectos a los que venero.
Me prohibieron fotografías.
Y eso me permitió pisar observando.
No me acompaña el arquitecto.
Tampoco el propietario que no habita pero presume.
Era el que cuida, el que limpia, el que arregla, el que conoce.
Llego, aparco y muero.
La revista era cierta, pienso.
Las fotografías eran verdad.
Maravilla.

Primero visitamos lo que no es una casa.
Y empieza el sumergirse en la realidad.
La inutilidad. El no uso. El esto no funciona.
El material no cabe ni podemos dejarlo aquí.
Mira las paredes. Gotean.
No las puertas no se pueden abrir.
Se oxidaron y ahora disimulamos.
Como si el armario no existiera.
No estas luces en el suelo se van fundiendo porque se filtra agua.
Y ya me dirás como las arreglas.
Estan incrustadas. Hay que levantar el pavimento.
No hay que barrer cada día porque el suelo de interior lo quisieron de tierra.
Esta sala? Nada, para hacer bonito. Se utilizó una vez.
Bueno y para cuando vienen los arquitectos con clientes y les enseñan lo que hicieron.
Si. Pueden venir cuando quieran aunque sea un particular.
Esta en el contrato. Sino, no construyen.

Yo escucho. 
Veo las goteras.
Veo el óxido.
Veo el coste.
Veo lo impráctico.
Veo el error.
Pero mierda.
Que bonito.

Y  si...se filtra la prostitución arquitectónica.
La veneración a lo bello me pervierte.
Y adoro y me revuelvo.
Aparece la dualidad.

Adoro porque miro.
Odia el que habita.

¿Arquitectura o escultura?
Dudo.

Luego visitamos la casa.
Más y mejor.
Orgasmo visual de hierros, maderas, piedras y maderas.
Bailando a un son y soy Alicia en el País de las Maravillas.

Me siento dentro de una revista perfecta.
Si. No estoy dentro de una casa perfecta.
Estoy dentro de una fotografía de una casa perfecta.

La recorro, toco y hasta suspiro.
Visualmente impecable.
Es la casa de mis sueños.

Las juntas, los suelos, las bóvedas, los patios internos, el agua, terraza, marcos y chimeneas.
Lo voy guardando todo en la retina. Dibujando un mapa de maneras.

Y me pregunto la vivirías y me respondo jamás.
Una noche. Un hotel.
Y me vuelvo a mi cálido hogar.

Esto no es casa.
Esto es mentira.
Es decorado.

Yo.... Hablando de cálido hogar.
Sorpresa de mi misma.

¿La habitan pregunto?
Imposible contestan.
¿Ya me dirás quien  vendría aquí a vivir?
Pero si esto es un museo.
Una o dos noches al año aparece, duerme y se va.

La cocina se ha oxidado y la nevera no soportó las tapas pero que repisa, que viga, que piedras recorriendo el agua.
Por la puerta se filtra Siberia y moverla implica tener a un vikingo cerca pero que bonita, que elegante, que material.
En el baño no se cabe, no hay techo, no entro en el vestidor y no hay lugares de guardar pero que laberinto, que forma, que idea más genial.

Y suma y sigue por doquier.

Mis entrañas siguen con los brincos duales..
Yo sigo acariciando para despedirme de lo pisado.
En realidad me despido de lo visto.

No la quiero.
Pero es tan bonita.
Aquí lo dejo.


Si. Evidencias evidentes quizás pero yo me quedo en modo pensamiento on*
Gracias al que lo hizo posible*














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