Ayer participé en una más que interesante charla online sobre el Paseo en las prácticas artísticas.
Aquí os dejo el video. Gracias Think Arts por este nuevo formato de charlas y por la convocatoria.
Junto a Antonio R Montesinos, Paco Navamuel de Caminar como práctica anarquista, Pedro Hernandez de La periferia doméstica, Rodrigo Díaz de Ciudad Pedestre y con las apariciones estelares de Kamen Nedev de El deseo de andar y Self noise project y que, aficionado a las sonoridades nos deleitó con esporádicas interferencias, pero nos causó baja en el debate... Lástima porque seguro le hubiera dado a un más buen ritmo del que ya tuvo a la charla.
Pues aquí dejo el enlace que yo no pienso volver a mirar.
Porque miedo da el remirarse y el rescucharse. Horror pero comprensivamente...
Disfruten porque hay tema, se habren temas y deja temas sobre la mesa.
Gracias a Irene López artífice de Think Arts y moderadora*
(si, la ilustración de arriba es de Clara Nubiola - la aquí escribiente - utilizada en su día como portada de Le Cool)
Y la interesante introducción al debate que preparó Think Arts aquí:
El paseo como forma de protesta, como manifestación artística o cómo inspiración literaria-filosófica no es nada nuevo. Muchos textos y libros nos hablan sobre sus orígenes; desde la filosofía, nos encontramos con autores tan dispares como Rousseau y sus Ensoñaciones de un paseante solitario, Williman Hazlitt con Dar un paseo o Henry Thoreau y Caminar . La literatura, sobre todo a partir del siglo XIX, también se sumó a reflexionar sobre el paseo y especialmente la ciudad, hito supuso El hombre de la multitud, de Allan Poe, Virgina Woolf con Ms Dalloway y el surgimiento de la figura del observador-flâneur asociado a la modernidad. Más tarde vendría Kafka El paseo repentino y el escritor paseante por antonomasia Robert Walser, El paseo. También en las últimas décadas W. G. Sebald le dedicó in memorian a Walser el pequeño librito El paseante solitario, y escribió Los anillos de Saturno (en su primigenio subtitulo Una peregrinación inglesa).
En las prácticas artísticas existe un impulso claro por continuar y completar esta trayectoria. Los surrealistas, dadaístas y en particular los situacionistas experimentaron con el paseo, peregrinaciones extrañas por periferias y pueblos. Ya todos sabemos y tenemos estudiado que Guy Debord, entre otros, fueron los responsable de sistematizar y crear toda una teoría de la deriva donde la psicogeografía o los-lugares-mas-frecuentados-y-peculiares-que-me-gustan se convertía en el eslabón que unía las diferentes disciplinas y aparatos metodológicos (urbanismo, arte, humor, etilismo..)
Pero aquellas derivas y paseos críticos no se quedaron en los sesenta ni en los setenta (no hay que olvidar a Richard Long o Robert Smithson y sus peregrinaciones por los no lugares de la américa profunda en Hotel Palenque y en Los Monumentos de Passaic) sino que a día de hoy en que publico este post -9 de Junio de 2013- los paseos están tan vivos o más que entonces.
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