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"Los Neoyorkinos, al verse apiñados en su isla de Mahattam; al ver que la ciudad baja no había lugar donde establecer todas sus oficinas, en donde hacer las diarias transacciones que constantemente iban en aumento; al ver que era necesario limitarse a una área relativamente pequeña para tanto tráfico, pensaron que ya que el Down Town no podía ensancharse, no quedaba más remedio que alzarse, y los edificios empezaron a hacerlos de veinte, de veinticinco, de treinta pisos; torres más que casas a las que dieron el nombre de rascacielos.
La conveniencia de estos edificios debe ser cosa probada, pues los alemanes, hombres prácticos, empiezan a construirlos. Tal es el que se proyecta en Berlín y que aquí reproducimos, que se construirá cerca de la estación Friederichstrasse y tendrá una altura de ochenta metros.
El proyecto no puede ser más original".
(hoy, sin comentarios)
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