El domingo Marta me invitó a ver a Yukio Waguri.
Fue en la nave Ivanow
Dentro del festival internacion de Butoh.
En Barcelona.
Sillas rojas y, delante, el escenario.
Un escenario vacío.
Tanto que ni tarima.
Las paredes blancas.
Un blanco que, por natural, tiene matices. Es pátina.
Vacío, dije. Y una vez más la palabra vacía se me presenta mentirosa.
Y surge de nuevo la relación del país asiático con el espacio.
Lo que pocos "minimalistas" consiguieron.
La temperatura con el poco.
El vacío no se llena con Yukio Waguri que es frase ñoña.
El vacío llena. O acompaña. O vacía. O acentúa. Pero es él.
Eso es en lo que pienso.
Y mientras el baile..
El butoh.
Y una frase que oigo ayer...
"En butoh, la gente envejece con su danza".
Lo dice Rosana, profesora de Butoh.
Y vuelvo a pensar en espacio.
Y pienso en el arquitecto.
Y en sus edificios.
En butoh envejecer es valor.
Para la danza, para el que baila.
Y pienso en el arquitecto.
En el paso del tiempo.
En el espacio.
En el edificio.
Y de nuevo el baile.
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